Esta última novela que publicó I. Némirovsky en vida me ha parecido excelente.
La complejidad psicológica de los personajes es presentada con trazos magistrales (como es habitual en esta autora): sus decisiones, sus recuerdos, sus pasiones, sus dificultades...
La trama es variada: Ada Sinner es una niña judía que vive con su padre, su tía y sus primos en Ucrania. Con su primo Ben soñará con una vida distinta y con el marcha a París y se casa aunque nunca ha estado enamorada de él sino de un primo rico (Harry) al que recuerda continuamente tras un breve encuentro con él cuando eran niños.
El destino hace que en París se reencuentren (gracias a unos cuadros que ella expone en una librería y a un regalo que ella le envía de forma anónima a su primo) e inicien una relación que acabará con la vida que cada uno de ellos llevaba hasta entonces.
El final me ha parecido impactante.
Me han gustado los ambientes de contraste presentes en la historia, temas como la soledad, la inmigración, el recuerdo...y, como no, la siempre ágil prosa de esta autora que no ha dejado de sorprenderme en cada una de las lecturas que han caído en mis manos.