Es una de las novelas que más me han gustado este año. 

Un libro duro, fascinante al igual que la personalidad de la mujer protagonista de esta historia, Rose. Esta regenta un restaurante en Marsella a pesar de tener más de 100 años. La vitalidad, las extraordinarias ganas de vivir y fundamentalmente sus recuerdos del pasado cruel e intenso configuran unas páginas de gran intensidad.

La brutalidad que sufre cuando era una niña, los abusos, el genocidio armenio, la muerte de sus padres, su contacto directo con el nazismo (es cocinera de Himmler e incluso llega a conocer al propio Hitler) y la crueldad por la que pasa su vida mientras intenta localizar a sus hijos y marido en un campo de concentración... son algunos de los aspectos más reseñables del libro.

La sucesión de relaciones amorosas y una cadena sorprendente de muertes y venganzas jalonan una personalidad libre, amoral, fuerte, decidida e inolvidable.

La última parte de la novela (en la que la protagonista se relaciona con importantes personalidades políticas y se ve envuelta en historias algo increíbles) me ha recordado en cierto modo las novelas de J. Jonssons: La analfabeta que era un genio de las matemáticas o El abuelo que saltó por la ventana...
Un libro imprescindible, un personaje inolvidable y complejo.