Novela negra de Nic Pizzolatto que inauguró la colección Salamandra Black.

El protagonista es un matón (Roy Cady) que cuenta su historia desde el momento en que descubre que le han diagnosticado un cáncer que, según el médico, pronto acabará con su vida. Y, a partir de ahí, con un ritmo ágil comienza su huida, tras haber sido víctima de un intento de asesinato por una trampa de su propio jefe. El motivo del viaje es fundamental, puesto que lo llevará no solo por un espacio exterior y delimitado (diferentes lugares de E.U)  sino también por los recuerdos y el pasado. Acompañado, por casualidad, de una joven prostituta (a la que el destino y la vida no la han favorecido nunca) el narrador protagonista hace un recorrido por moteles de carretera, antros, ambientes marginales... en los que la violencia, sus reflexiones personales y la desolación se enredan por igual.
El hecho de que la  joven vaya también acompañada de su pequeña hermana hace que los tres entablen una curiosa relación, no exenta de reflexiones y sueños de mejora y de cambio.

Entretenida, sin más.