Esta voluminosa novela (1148 páginas) me ha parecido IMPRESIONANTE hasta aproximadamente la pág 900; luego me ha decepcionado mucho porque me parece una historia mal resuelta, con una trama tan enrevesadamente complicada en su resolución que se vuelve increíble, forzada e (incluso) pesada en muchas páginas.

El tema inicial es la historia de un chico que acude con su madre a un museo en el momento en que hay una explosión en la que muere su madre. Antes de salir de los escombros, el joven encuentra a un anciano moribundo que le da una sortija para que la entregue en una dirección que le indica. Le pide, además, que salve un pequeño cuadro muy valioso (de un jilguero). El joven también queda impresionado con una niña pelirroja que previamente había visto que estaba con el anciano. Salva el cuadro y vive temporalmente con la rica familia de un amigo (su padre los había abandonado un año antes). Entrega el anillo a un anticuario (en la dirección que le había proporcionado el anciano) y vuelve a reencontrarse con aquella niña que lo había impresionado y que lo marcará.

A continuación, en otra parte que también me ha encantado, se describe la lucha por la supervivencia del chico, por comprender lo que le ha pasado, por guardar el cuadro, por integrarse en la familia que lo ha acogido por pena... Su padre, alcohólico, reaparece para hacerse cargo de él. Su traslado a otra ciudad,  las dificultades, la amistad con otro chico, Boris, con el que se droga y lleva una muy mala vida que roza la delincuencia es la trama de esta parte de la historia. La muerte del padre le lleva a volver a casa del anticuario que lo acoge como ayudante. 

Reseñaría la magnifíca descripción psicológica de todos los personajes que pueblan la historia (especialmente el anticuario) y el gran secreto del valiosísimo cuadro escondido (es una tabla de un pintor flamenco) .

Es a partir del encuentro por azar con su antiguo amigo Boris cuando, pienso, la novela se malogra, cuando entra en escena el cuadro del que querrá deshacerse y la trama se vuelve demasiado rocambolesca..

El simbolismo del jilguero que con plenitud de vida está atado a una cadena sobrevuela en todas las páginas. 

Magnífica por un lado y, lamentablemente, creo que decepcionante en su última parte.

Premio Pulitzer en 2014.