A pesar de que este libro de Cristina López Barrio me ha resultado demasiado lento en algunas páginas, me ha gustado.

El ambiente de una España del siglo XVII en el que la Inquisición forma parte importante del argumento de la historia está muy bien retratado. La vida de unos niños en un hospicio en el que viven las terribles problemas de la peste y la hambruna del momento se entremezcla con una trama en la que una sociedad secreta nos acerca al mundo de la magia y la alquimia... Todo ello engarzado con una compleja historia de amor.

La vida diaria del Siglo de Oro está bien recreada, entretejida con la historia de una mujer, Bárbara, acusada por el Tribunal de la Inquisición por brujería (cura o causa enfermedades por el poder de sus manos). Una testigo que va a declarar, Berenguela, había sido lavandera en el hospicio en el que había estado la joven e irá relatando a los miembros del tribunal, con todo lujo de detalles, cómo llegó de niña al hospicio en extrañas circunstancias y todos los misterios que se fueron tramando a su alrededor y al de su inseparable compañero Diego (llegado el mismo día al hospicio). Berenguela dedicó gran parte de su vida a indagar el misterioso origen de la joven y cuanto más iba descubriendo más se interesaba. Parte de su narración constituye el núcleo de El cielo en un infierno... título que tomó la autora de un conocido verso de Lope de Vega. Asimismo, la segunda parte de la  novela es narrada por la propia Bárbara.

Lo que más me ha interesado de la novela: el carácter fuerte y excepcional de la mujer protagonista de la novela.

En Plaza&Janés.