No me ha entusiasmado esta novela de Maja Lunde que edita Siruela. 

Las tres historias entrelazadas, que discurren en momentos cronológicos y lugares muy diferentes, tienen como hilo conductor la importancia de las abejas para la vida. 

En un mundo futuro (casi en el año 3000 en China) en el que todo se ha ido desnaturalizando y los desastres ambientales han pasado factura a la vida de los habitantes del planeta discurre una de las historias. Tao, el protagonista, desea para su hijo nuevos caminos. Por otra parte, la vida de dos familias de Inglaterra (en el S. XIX) y de EEUU (en el XXI) tienen como foco existencial de toda su existencia el cuidado de las abejas y las mejoras en sus condiciones de vida.

En el caso de William, en Inglaterra, su gran preocupación es su obsesión científica por crear un nuevo tipo de colmena. Es un hombre que descuida la educación de sus hijas, absolutamente preocupado solo por su hijlo.

George, en EEUU, vive en una granja e intenta que su hijo (que estudia fuera) muestre interés por las abejas aunque no lo consigue y no comprende ese hecho.

Relaciones entre padres e hijos, entre matrimonios, unas vidas de lucha y entrega a una pasión que a veces no puede salir adelante

Es una novela de sueños incumplidos, con el tema central de la apicultura y con la reflexión de fondo de que sin abejas el hombre no tardaría en desaparecer.