Esta novela, en Alfaguara, mantiene la atención del lector desde las primeras páginas. Está muy bien construida.

El silencio absoluto de una pintora ingresada en un psiquiátrico tras darle 5 tiros en la cabeza a su marido atrae poderosamente la atención de un joven médico, que se obsesiona con la historia de esta paciente (a la que parece que todos ignoran ya como un caso imposible de resolver) y a la que quiere conocer. Para conseguirlo, logra introducirse en dicha clínica e intenta averiguar el comportamiento de total mutismo, del que decide librarla.

Theo, que así se llama el joven, se adentra en los entresijos de una historia ya olvidada y pondrá ante nuestros ojos una realidad inesperada.

Al menos a mí me ha sorprendido el final de esta novela negra.