La última novela, del recientemente fallecido Paul Auster, editada en Seix Barral, tiene partes muy reflexivas que le confieren un ritmo lento en algunos momentos (especialmente hacia la última parte) pero la interesante mezcla de la narración de una situación personal (de un hombre mayor solitario) con la evocación de un pasado diferente en el que resalta la figura de su esposa, le da una interesante complejidad narrativa.

El argumento arranca con la presentación del solitario profesor que a raíz de un pequeño accidente doméstico y una caída por una escalera experimenta la vulnerabilidad del azar y la fuerza y poder de las pequeñas casualidades en la vida.

El recuerdo doloroso de un tiempo luminoso vivido junto a su esposa Anna (fallecida en un accidente absurdo unos años atrás) nos lleva a conocer la personalidad de esa esposa omnipresente que no logra olvidar. Asimismo, una nueva relación despierta la ilusión del protagonista, que se lanza a ilusionarse en esa nueva etapa de la vida.

La evocación de historias familiares de antaño (sus padres y hermana) y también el final tierno y extraordinario de la obra me ha hecho disfrutar extraordinariamente con esta lectura.