En 1992 al conde Alensandr Ilich Rostov le conmutan la pena de muerte por un encierro perpetuo en un hotel de Moscú (el Metropol). Así, su experiencia y vida de lujo anterior se ve reducida a un habitáculo y a unos recuerdos del pasado que se limitan a unos cuantos libros y muebles. Esa pasada vida se convierte ahora en un entramado de diferentes relaciones con gentes que van y vienen al hotel y ocn todos los empleados, que lo respetan. De entre todos ellos, es una niña curiosa y aventurera la que lo adentra en las "tripas" del hotel y le da un sentido a su vida.

Mientras, fuera del Metropol, la situación en Rusia se vuelve insostenible por los controles, falta de libertades y persecuciones de las que tampoco se va a salvar la joven amiga del conde cuando ya es una mujer madura que acaba acudiendo a él para que proteja a lo que más quiere: a su pequeña hija.

Hay momentos trágicos, otros de humor, algunos de incertidumbre o zozobra pero siempre nos atrapa una trama en la que hay misterio, ternura, ansias por superar las dificultades con las que el protagonista se encuentra...

Un hotel encierra una intensa e interesante vida: la de un hombre cuya condena (estar atrapado entre sus paredes) se convierte en una intensa experiencia vital.

Muy, muy recomendable.