Original, inquietante, desasosegante, rara, diferente... son algunos de los calificativos que me sugiere esta buena novela de Isaac Rosa.

La habitación oscura es un lugar aislado, oscuro y cerrado que habilitan unos jóvenes para, en un comienzo, experimentar sexo libremente entre ellos cuando acceden a ella. Luego, la habitación se irá convirtiendo en refugio y también en la huida de las frustraciones diarias de cada uno. Dicho rincón es también un lugar metafórico y simbólico que durante muchos años supondrá acercarse, mediante la oscuridad, a nuevas formas de relación y de reflexión. Es también un símbolo del desencanto y desconcierto que sufren los protagonistas en la época difícil que les ha tocado vivir.

La novela está escrita en gran parte en 1ª persona del plural, lo cual conlleva cierta forma de implicación que abarca a todo el colectivo de los personajes; si bien la totalidad (como colectivo en cierto modo anónimo) se individualiza también con las duras historias personales de cada uno de los protagonistas de la novela que se adentran en la habitación.

Lo que en un comienzo es experimentación a través del sexo se convierte en una realidad mucho más compleja, en un experimento también psicológico, en una intrincada red de relaciones que les lleva a tomar decisiones y reformular sus planteamientos iniciales...
Otras personas, ajenas a dicha habitación, se verán también expuestas en su intimidad ante nuestros ojos en estas páginas; con la peculiaridad de que ni ellas mismas saben son observadas a través de las nuevas tecnologías.

Ninguno de los personajes sale indemne, al igual que no saldrá indiferente ningún lector tras adentrarse en estas páginas.

Puede verse una interesante entrevista a Isaac Rosa en Página 2.