Me ha resultado bastante previsible y no me han "atrapado"  los personajes de esta novela de Ignacio Martínez de Pisón editada en Seix Barral. 

Una familia, la del protagonista Ángel, se nos presenta desde los inicios de la relación de los padres (dominada por el universo del hombre, el abandono continuo del hogar, el sometimiento de la madre a los deseos del padre...), pasando por la soledad de la mujer y los hijos, las inexplicables reconciliaciones entre los progenitores... Todo ello está narrado en 1ª persona, desde el punto de vista del hijo que ha tenido que madurar rápido ante las historias que le rodearon (las estrambóticas ocupaciones del padre, o su inmaduro comportamiento por ejemplo) y sus momentos de repoches por los momentos que le resultan difíciles de comprender.

Es una novela de personajes y ambientes de familia. Discurre temporalmente en la transición española (a la que hay un certero acercamiento). 

Además de las continuas disputas familiares y las estrecheces pasadas... la figura de Ángel y su tesón para formarse (es el único que continúa sus estudios) se perfila en unas páginas en las que se describen los  reencuentros con el padre, se analiza la atracción/repulsión hacia esa persona y describe con sus propios ojos lo que les ha pasado a sus otros hermanos (especialmente el cleptómano y otro hemanastro fruto de otra relación del padre).

El peso de la memoria, la nostalgia, el cine, la música... son otros de los temas que jalonan esta historia. El fondo histórico omnipresente de la transición española en la que se desarrolla la vida de una famila  corriente en la que no faltan acontecimientos dramáticos que son contados también con un toque de humor que le otorga a estas páginas un matiz  de contraste diferente.

Tampoco falta una historia de amor, la del protagonista y su tierno reencuentro con un amor de juventud: Irene.

Bien narrada, bien estructurada, bien ambientada... pero, como he indicado, no ha conseguido engancharme.