Se puede morir por un despiste mientras se está leyendo un libro... (es lo que le sucede a Bruma Lemmon, que es atropellada por un coche cuando lee a E.Dickinson). Y también un libro con una misteriosa dedicatoria -dirigida a dicha mujer- puede ser el origen de una breve intriga que se empeñará en resolver el narrador de esta historia (colega de la anterior) y que le llevará a encontrar la relación entre su amiga muerta y un bibliófilo uruguayo llamado Carlos Brauer.
Es un libro que resulta surrealista por momentos, irónico otros... pero en el que se respira un profundo amor y obsesión por los libros, esos que pueden levar por caminos de lo más insospechado.