Me ha parecido fascinante esta obra de Paco Roca, al igual que el prólogo introductorio a cargo de Juan M. Díaz de Guereñu y sus aclaraciones sobre los ecos literarios presentes en este cómic. Del prologuista citaré algunas reflexiones:

 "... lo que se empeña en contar una y otra vez (...) es cómo se las arregla cada cual para vivir con lo que la vida le deja entre las manos, cómo el ser humano es capaz a veces de hacer suyo su destino, asumirlo o darle la espalda con la ingenua resolución de quien tiene cosas más importantes de que ocuparse". (pág. 4)

      Una llamada telefónica de la novia del protagonista provoca que éste acuda precipitadamente a encontrarse con ella pero, por el camino acabará literalmente perdido en unos callejones que no ofrecen salida y se verá envuelto en múltiples situaciones absurdas derivadas de la anterior situación. La pérdida en dichas calles provoca que viva en un hotel en el que los personajes allí presentes también se caracterizan por sus vidas absurdas, atrapadas y llenas de obsesiones. Personajes como el Sr. Diógenes (que no se refleja en los espejos), Francisco Piedra (que había hecho un clon de su mujer fallecida), la mujer cartera (condenada a repartir cartas que ella misma escribe), o el hombre que reposa en su casa en un ataúd... son algunas de las variopintas figuras que pueblan estas páginas de personalidades singulares y llenas de fuerza.

      Las escaleras sin salida, los espacios agobiantes, las situaciones Kafkianas... provocan una sensación de inquietud continua magistralmente sostenida en muchas páginas.

      Muy recomendable.