A pesar de que las primeras páginas de la novela, y la temática de aproximadamente la mitad del libro, me han encantado y las he leído con mucho interés, pienso que el texto decae profundamente a continuación, la historia se vuelve increíble, mal resuelta y lentísima. Es uno de esos libros a los que pienso le sobran muchas páginas.

Tanto el título como las situaciones, referencias a libros, ambientes... eran prometedoras pero, como he dicho, el giro que la autora le da a los acontecimientos varía profundamente la línea inicial de la historia.

Lucy es una joven que trabaja de bibliotecaria en un pueblo, le entusiasma su trabajo y en él parece volcar su vida puesto que es una joven solitaria, sin grandes aspiraciones ni ambiciones. El pequeño Ian acude con frecuencia a la biblioteca y se deja aconsejar por la joven pero la bibliotecaria descubre pronto cómo la madre del niño controla todas sus lecturas y quiere censurarlas. Al averiguar también que la familia puede estar influyendo negativamente sobre las tendencias homosexuales que parecen apuntar en el niño, decide huir con él para alejarlo de su entorno. El viaje será así un modo de escape para el niño y también para la problemática personal de la bibliotecaria.