Éste es el inicio del texto: "Todo lo que amamos se convierte en una ficción. De las mías, la primera fue Japón. A los cinco años, cuando me arrancaron de allí, empecé a contármelo a mí misma".

El regreso de A. Nothomb su país natal para rodar un documental la lleva, 16 años después, a un reencuentro con parte de su pasado olvidado y también con un amor de aquella época, ya nombrado en otra de sus novelas Ni de Eva ni de Adán). 

Recuerdos, lugares, personas (en especial su cuidadora ya anciana) con los que saldrán sentimientos y sensaciones escondidas que remueven su interior. 

En Anagrama.