Me ha parecido este libro de Jeanette Winterson, editado en Lumen, un texto de una sensibilidad especial; una mezcla de historias que se entrelazan de un modo magistral. Muchas narraciones encadenadas dentro de la historia principal, que versa sobre la soledad de una joven que queda huérfana tras caerse su madre por un barranco sito al lado de la casa en la que habitaban. Su soledad, su abandono... se ven resueltos cuando va a vivir con un viejo farero ciego que la alberga en su peculiar hogar. Con él aprenderá la fuerza de las palabras, de las historias, de lo importante que es expresar los sentimientos. El farero tiene un pasado misterioso que emparenta el lugar en el que vive con Darwin y Stevenson.

El amor, en sus diferentes formas, pulula sobre las historias y también la contradicción de los sentimientos humanos y la difícil lucha diaria por una felicidad que se escapa y no es fácil atrapar.

El viejo cuidador del faro en un pueblecito de Escocia enseñará a la protagonista que cuando de nuevo esté sola en el mundo tendrá siempre el faro como referencia para encontrar su lugar.