Esta breve obra, editada en errata naturae (y que he leído en el pdf proporcionado por la propia editorial durante el confinamiento), es de Lidia Chukóvskaia, que la escribió en secreto entre 1939 y 1940, en una época en la que la vigilancia y el control ejercido desde el poder provocaron innumerables víctimas en Rusia. 

Sofía Petrovna es una mujer viuda de un conocido médico, luchadora y valiente, vive únicamente con su hijo. Se abre camino y se hace independiente trabajando de modo abnegado como mecanógrafa en una editorial de Leningrado. Su hijo, Kolia, un gran estudiante, marcha de su lado al hacerse mayor y parece abrirse camino como ingeniero con un porvenir que se augura brillante pero todo cambia cuando, sin saber la causa por la que lo apresan ni el lugar en el que se encuentra, la vida se vuelve una auténtica pesadilla en la que para lo único que vive la madre es para obtener noticias de su hijo, enredada en una farragosa burocracia que provoca una tremenda deshumanización y miedo (vemos de un modo muy gráfico y en primera persona las consecuencias humanas de la conocida como Gran Purga). La lucha de esta mujer, sus miedos, sus carencias y pérdidas... sus sueños se presentan de un modo intenso en estas pocas páginas.

Esta impresionante obra, conservada milagrosamente a partir del manuscrito original que tuvo que ocultarse y su autora no recuperó hasta 1944 me ha encantado.

Le agradezco a esta interesante editorial la oportunidad de haber descubierto esta obra y a esta autora, de la que buscaré otras obras, sin duda.
La traducción es de Marta Rebón, de la que he reseñado el magnífico libro En la ciudad líquida.