Cuando me dejaron La flor púrpura (que edita Random House) de Chimamanda Ngozi ya me adelantaron que iba a gustarme y así ha sido. Me ha impactado.
La protagonista, que también es la narradora, es Kambili, una joven que vive con su hermano y sus padres en una gran casa en Nigeria. Su padre es un importante hombre de negocios que posee un periódico desde el que critica la dictadura del país y tiene un notorio reconocimiento público y social por sus continuas obras de caridad. Pero, en contraste, poco a poco vamos descubriendo el terror que impera en su familia; consecuencia de un dominio agobiante y silencioso sobre su mujer e hijos. Una religiosidad aplicada a límites extremos y un nivel de exigencia a sus hijos y esposa llevados hasta lo inimaginable hacen que el lector sienta horror ante la  figura de este hombre que, a la vez que muy temido, es adorado por su hija.
La llegada a la vida de los niños de una tía hermana del padre (Ifeoma) profesora universitaria, independiente y vital les hace conocer la realidad de otro hogar, pobre, en el que todo es muy distinto al ambiente represivo que les rodea. También les pondrá en contacto con su abuelo, al que el padre no les deja visitar.
Los personajes son complejos, están bien descritos, intensos... con sus contradictorias emociones vamos conociendo a pequeños sorbos, la cruda realidad que los asfixia.
El libro me ha resultado durísimo y dolorosísimo en algunos pasajes pero creo que es el mejor que he leído este año. Muy recomendable.