Me he leído de un tirón, en un solo día, este intenso y muy recomendable texto del neurocirujano Henry Marsh. Está editado en Salamandra.

El médico inglés, de gran prestigio, cuenta (próximo ya al final de su brillante carrera) múltiples experiencias sobre diferentes pacientes a los que ha tratado, con éxito o con fallos, a lo largo de su dilatada vida profesional. Asimismo,  entremezcla anécdotas, detalles cotidianos de su profesión, reflexiones sobre su oficio y el motivo de su vocación...

La sinceridad con la que se refiere a sus fallos, las difíciles decisiones a las que tiene que enfrentarse un profesional que trabaja al límite... me han impactado. La ligera línea que separa a veces el azar, la suerte y la pericia profesional, el dolor de comunicar al paciente o a su famiia una grave enfermedad, un fracaso en una intervención o la muerte... me ha parecido que están narrados con una sencillez, una lucidez, un dolor y una intensidad magistrales.

Es un libro en el que se respira una humanidad terrible y admirable. El cerebro humano en sus entresijos... se plantifica ante nuestra mirada en una narración descarnada sobre el trabajo al límite de un cirujano.

El libro no está exento de una crítica mordaz a algunos aspectos del ámbito sanitario en el que desarrolla su trabajo, que se resiente por la masificación, la excesiva burocracia o también la deshumanización. 

Me parece reseñable cómo explica lo difícil de tomar decisiones en temas que tienen que ver con las futuras consecuencias del resultado de una intervención, la delgada línea que separa a veces el éxito del fracaso. Las actuaciones afectarán a la vida del paciente y a la del propio médico.

Amor incondicional a lo que hace, ilusión, descripción de ambientes, casos diversos y sobre todo sensaciones y sentimientos al realizar un trabajo tan minucioso y complicado como es el de enfrentarse al dolor humano en las ocasiones en las que las cosas van mal.

Me ha encantado e impactado este libro, su lectura ha sido especialmente dura para mí.