En el lugar en el que discurre la historia propuesta en este álbum de gran formato, editado en Edelvives, y con ilustraciones de Eric Puybaret, sus habitantes tienen que moverse con grandes zancos porque todo está cubierto de agua. El protagonista, Leopoldo, solucionará un grave problema que se le plantea a toda la comunidad.

Es un álbum precioso.

Esta novela negra de Benjamín Black, pseudónimo de Banville, editada en Alfaguara es la 7ª entrega de una serie (El secreto de  Christine, El otro nombre de Laura, En busca de April, Muerte en verano, Venganza y Órdenes sagradas).

Un patólogo bebedor y solitario encarna al protagonista de esta novela negra.

El cuerpo calcinado de una joven, que aparece dentro de un coche, tras haber sufrido aparentemente un accidente o haberse suididado hace que Quirke sea llamado para dar una segunda opinión, a pesar de que estaba retirado guardando reposo.

Pronto se da cuenta de que no se trata de un accidente y poco a poco las piezas van encajando para lograr averiguar la verdad de lo sucedido. Para ello tiene que adentrarse, en Dublín, es ambientes altos,, el mundo de la política... A la vez que investiga ese posible asesinato conoce a Evelyn, una psicoanalista amiga de su hija y se enamoran.

Es su hija la que le dará las claves para resolver este nuevo misterio, en el que no está ajeno el pasado de la propia familia del investigador.

No me ha atrapado.

Imaginativo, mágico, sorprendente, creativo... este álbum de H. Tullet, autor del que me habían entusiasmado: Juego de espejos, Juego de luces, Juego de azar, Una idea, 

Una explosión de juego, originalidad y creatividad a raudales para que disfruten los más pequeños.

Un libro de José Ignacio Carnero editado en Caballo de Troya.

La enfermedad terminal de la madre provoca la narración descarnada del sentimiento que provoca la certeza de la marcha de un ser querido, los vacíos que deja la constancia de la separación y los remordimientos/culpas que sobrevuelan cuando el hijo recuerda un pasado en el que la figura de la madre era todo: la entrega sin exigir nada a cambio, la abnegación, el sacrificio, la renuncia... en favor del hijo.

Un texto intenso, duro y doloroso.

Me ha recordado en algún aspecto y en el tono intimista a Ordesa (de Manuel Vilas).

190 páginas directas, intensas, que penetran perfectamente en la atmósfera de un espacio agobiante que se adentra en la psicología de unos personajes también perfectamente caracterizados.

La protagonista es una adolescente de 11 años que vive con sus padres y su hermano Guille.

El padre, omnipresente figura que presiona a la familia, ejerce un control absoluto sobre ellos; la madre es una espectadora callada; el hermano, un joven cuya violencia extrema sólo se justifica por un trauma psicológico.

En la casa hay una habitación llena de cadáveres disecados de animales que ha cazado el padre y constituye una buena metáfora para definirlo también como "depredador" con los que lo rodean.

La muerte, involuntaria, de un heladero al que le están comprando algo los hermanos es la que hace estallar una violencia que desde ese momento se instala en las novelas. Una violencia extrema que de repente se refleja en la propia crueldad instalada en la vida familiar.

Además, la inteligentísima protagonista, con gran talento para la física y las matemáticas, que desea aprender (a espaldas de su padre) sueña con  la posibilidad de hacer un viaje al pasado para volver atrás. Me ha encantado el personaje del profesor Paulovid y su esposa.

De la autora belga Adeline Dieudonné.

En Salamandra.

Este libro de Elena Favilli y Francesca Cavallo, que edita Destino muetra hasta 100 distintas mujeres valientes, innovadoras, atrevidas, artistas... de muy diferentes edades, países, profesiones e intereses pero que tienen en común que pueden ser un modelo a seguir, una referencia para jóvenes. Unas pioneras de las que se cuenta una breve historia acompañada de preciosas ilustraciones.

Son tres los protagonistas de esta novela de Isabel Allende: Richard, un hombre solitario, profesor universitario; Evelyn, una joven de Guatemala que es inmigrante ilegal y Lucía, una periodista chilena que trata el tema del golpe militar en Chile.

En esta novela, una situación sobrevenida (un temporal de nieve en N York) pone en conexión a 3 personajes muy dispares pero que tienen en común un duro pasado (de muertes, violencia, explotación... en las vidas de cada uno) que se va desvelando a medida que se relacionan y surge una profunda amistad y también un amor que, en el caso de los mayores, parecía un hecho muy improbable.

Allende indicó que se había inspirado en una cita de Camus:

"En medio del invierno aprendí por fin que hay en mí un verano invencible".

La historia comienza en medio de una gran nevada, metáfora también que da paso a unas historias complicadas y acontecimientos muy inesperados que cambian el rumbo de las vidas. La valiente y decidida Lucía se encuentra con el triste y solitario Richard y la traumatizada Evelyn

Xenofobia, intolerancia, inmigración, nuevas oportunidades  y sorpresas que ofrece la vida... son temas muy presentes en Más allá del invierno. 

Han sido varias las novelas de Lemaitre que he reseñado en DesordenadasLecturas: Álex, Rosy & John, Vestido de novia, Irene, Tres días y una vida, Nos vemos allá arriba, Los colores del incendio. Las dos últimas forman parte de la trilogía "Los hijos del desastre" que finaliza con la que voy a comentar ahora. 

Es una novela extraordinaria. La fuerza e intensidad de varios de sus personajes podría ilustrar una de las citas insertadas antes de la novela: "Por dondequiera que va, el hombre siempre lleva consigo su novela" (B. Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta). 

Efectivamente, en este caso hay al menos cinco tramas, cinco historias dignas de ser contadas: si pensamos en personajes como Louise, Désirée, Jules, Alice y Fernand y los soldados Gabriel y Raoul. Con la maestría que lo caracteriza, Lemaitre engarza el texto de tal modo que unas vivencias nos llevan a otras de modo azaroso, casi mágico.

Algo que me parece asombroso también es el manejo de los silencios narrativos, de las elipsis que deben ser cubiertas por la imaginación del lector.

Louise (personaje que ya había aparecido, como secundario, en Nos vemos allá arriba) es una joven maestra y camarera que tras una insólita petición de un doctor que acude desde hace años al restaurante en el que trabaja, presencia el suicidio de dicho hombre mientras accede a que la vea desnuda en un hotel. El desconcierto y las consecuencias que este trauma le ocasionan la llevan a descubrir quién era verdaderamente ese hombre y su historia de amor oculta del pasado (que vuelve a través de unas cartas). La existencia de Louis cobrará otro sentido a partir de su desasosegante descubrimiento. Mientras ese hecho sucede, es 1940, París está sufriendo el azote de los ataques nazis y las escenas de pánico, huida de muchas personas se entremezclan con la trama de la narración... Son pasajes verdaderamente impactactes y aterradores; en este caso, el protagonista colectivo son muchas personas anónimas e indefensas, víctimas de una guerra. Louise también formará parte de dicho escenario, en el que peregrina incansablemente con tres niños huérfanos. Por otra parte, la situación del ejército francés (encarnado en la historia de Gabriel y Raoul, fundamentalmente) con tropas desmoralizadas, y abandonadas a su suerte, muestran otra cara del conflicto. A pie de guerra.

El extraordinario personaje de Désiré, imaginativo, increíble, arrollador... es una figura digna por sí sola de una gran novela. Un enigmático hombre que transforma, con su ilusionismo, todo lo que toca.

Tanto Jules (el dueño del restaurante en el que trabaja Louise) como Alice (una mujer enferma del corazón de la que se narra su relación con Fernand, que está en el ejército y se convierte en rico por azar) son figuras muy interesantes. El primero por su bondad, halo de ternura y tristeza que lo convierten en un personaje humano y entrañable, especialmente cuando ayuda a Louise en su irracional viaje de búsqueda de un hermano desconocido. De hombre tranquilo se lanza sin pensarlo a encarnar una gran valentía, por el cariño que le profesa a su joven amiga. De modo paralelo, Alice me ha parecido una mujer que pasa de una vida recogida y soñadora (lee continuamente Las mil y una noches) a encarnar la acción y la ayuda en el campamento improvisado en el que ayuda a Désiré y a la increíble monja enfermera (este último personaje secundario adquiere también un valor indiscutible en la obra).

Cuando terminas la novela tienes la sensación de que querrías seguir leyendo. El narrador, a modo de resumen, responde a nuestros interrogantes de qué es de la vida de los personajes muchos años después.

Muy, muy recomendable. Me ha encantado.