Esta novela negra de M. W. Craven editada en rocaeditorial es muy entretenida. 

El detective retirado tras ser suspendido, Washington Poe, está aislado del mundo  -en un condado de Reino Unido-  y ve interrumpido su retiro cuando la inspectora Stephanie le solicita que se implique en una compleja investigación en la que aparecen varias víctimas torturadas y quemadas vivas. El motivo de que pidan su ayuda es que, inexplicablemente, su nombre está marcado entre los restos del tercer muerto que han encontrado.

Los investigadores están confusos y el caso parece no tener solución hasta que da frutos sorprendentes el trabajo ingente en el que el policía cuenta con la colaboración de una brillante joven que no posee muchas habilidades sociales pero sí informáticas (Tili), con la que entablará una buena amistad. 

El pasado irrumpe de repente y, como en el título, los personajes parecen estar manejados por un hilo oculto que los dirige como si se tratase de un juego ideado por el asesino en el que la venganza, la violencia y especialmente los secretos forjados en la infancia reaparecen en el presente.

Por otra parte, el personaje de W. Poe esconde una compleja personalidad.